La cooperación científica entre Francia y Ecuador tiene, desde hace 8 años, un programa de investigación arqueológica en Zamora Chinchipe que ha producido resultados invalorables para el conocimiento de las antiguas culturas de la Amazonía. El programa lo efectúan el Institut de Recherche pour le Développement (IRD) y el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), con el auspicio de los Ministerios de Cultura y el Coordinador de Patrimonio Natural y Cultural.
El proyecto comenzó con un inventario de los recursos arqueológicos de esa provincia oriental, en donde un equipo de arqueólogos del IRD ha registrado más de 300 yacimientos precolombinos. Un sitio que sobresale del resto por su antigüedad, por la importancia de su avance tecnológico y por las evidencias tempranas de un alto grado de complejidad sociocultural. El yacimiento Santa-Ana/La Florida, ubicado en el cantón Palanda (Provincia de Loja) fue una aldea habitada desde hace 5000 años por un grupo humano que hoy ha sido identificado como el detentor de la cultura Mayo-Chinchipe. Los vestigios de este antiguo grupo aparecen hoy a los dos lados de la frontera peruano-ecuatoriana. El IRD ha tomado la iniciativa de fomentar trabajos conjuntos entre el Ecuador y el Perú. Esta iniciativa, desarrollada con el Ministerio de Cultura, llevó a la firma de una carta de intención, por parte de los Presidentes Rafael Correa y Alan García.
Con el descubrimiento de esta nueva cultura, hoy se sabe que la vertiente oriental de los Andes estuvo poblada desde épocas remotas por gente que practicó la agricultura del maíz, la yuca, la papa china, el ají y el fréjol. Conoció también la coca, el huilco y probablemente el ayahuasca como parte de una farmacopea que fue utilizada en el ámbito ceremonial y curativo. Los saberes ancestrales incluyeron la alfarería, el trabajo de los textiles, la escultura en piedra, y probablemente en madera y hueso. Este pueblo se integró plenamente al medio y explotó racionalmente los recursos naturales de la zona, pero también supo interactuar con pueblos lejanos para el procuramiento de materias exóticas, como la turquesa, la malaquita y el cristal de roca. Los contactos más notables se dieron con los pueblos de la costa del Pacífico. Los fechamientos de carbono 14 ubican a esta antigua cultura amazónica entre el 4960 y el 3150 antes del presente (AP), o entre el 3010 y el 1520 antes de Cristo (AC). Esta antigüedad es similar a la duración de la cultura costera Valdivia, lo que implica que ambas fueron contemporáneas y tuvieron contacto a través del tiempo.
La cooperación científica entre Ecuador y Francia ha sido particularmente exitosa en el campo del rescate y de la preservación del patrimonio cultural amazónico. Con la promulgación del Decreto de Emergencia Patrimonial, el Ministerio Coordinador de Patrimonio Natural y Cultural efectuó una importante obra de infraestructura para proteger el yacimiento arqueológico Santa Ana – La Florida, que incluyó la construcción de muros de contención para controlar los daños que la naturaleza y los procesos de erosión causaban continuamente al yacimiento. De igual manera, se edificó una impresionante estructura metálica para cubrir la parte más delicada del sitio, que amenazaba con ser deteriorada y eventualmente arrastrada por las aguas caudalosas de las cabeceras del Chinchipe. Esta protección se vio igualmente complementada por una serie de estudios financiados por el Ministerio de Cultura con la asistencia técnica del IRD, y ejecutados por la Universidad Técnica Particular del Loja. Estos estudios buscan valorar los recursos patrimoniales del cantón Palanda y efectuar un diagnóstico socioeconómico que permita a la población encontrar vías hacia un desarrollo sustentable, a través de microempresas artesanales relacionadas con el turismo comunitario. En ambos casos, se está logrando que la investigación científica tenga repercusiones en el ámbito social y favorezca a las poblaciones campesinas del Ecuador.
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